NICOSIA JURÁSICO

Esta es la tapa de uno de mis primeros trabajos publicados profesionalmente a mediados de 1986, para editorial Abril y su colección Chiquilibros. Pero la historia empieza unos meses antes. Llevo una carpeta con algunos dibujos (ni diskette, ni cd, en esa época la computadora más familiar era la del Auto Fantástico) y me recibe Hugo García -un tipo no mucho mayor que yo- en ese entonces jefe de redacción de la sección de comics. Él estaba publicando titulos de la Marvel como Los Vengadores, los 4 Fantásticos y algun que otro superhéroe (era la primera vez que una editorial argentina editaba los comics americanos). Nos sentamos. Yo me siento como si estuviera frente a Stan Lee. Observa mis trabajos, le gustan y me dice que están por publicar una historieta sobre el grupo Menudo (ough!) y me dice si quiero hacerla. Silencio. Contengo una sonrisa. Hugo se ríe. Charlamos un rato sobre comics y me cuenta cosas del trabajo editorial. Y vuelve a la carga: "Dale, intentalo". Le doy la mano. Me voy a mi casa. Hago unos bocetos de cada uno de los personajes del grupo y vuelvo a la semana. García ve los bocetos y enseguida nota la diferencia entre estas espantosas ilustraciones y las muestras que había visto una semana antes. Me mira. Se ríe y dice: "los odiás". Le confieso que luego de toneladas de bocetos esto es lo mejor que pude lograr. García se repantiga en su asiento, se queda pensativo y en silencio. Por fin, levanta el teléfono y pide que lo comuniquen con Eduardo Guibourg. Lo hacen y entonces: "Que tal, Eduardo. Mirá, te va a ir a ver un muchacho que escribe y dibuja sus propios comics. Atendelo por favor ¿sí? Te agradezco, hermano, un abrazo". Salgo, camino con paso presuroso unas cuadras por la avenida Belgrano hasta el 1300 mas o menos. Allí me recibe Eduardo Guibourg, sobrino del legendario Edmundo. Observa mis trabajos, charlamos un poco de cine, de teatro, le cuento que estudio teatro con Alejandra Boero y luego de beber un trago de café me dice: "La colección Chiquilibros van a ser una serie de libritos infantiles de 9cm x 12cm; en las páginas pares, una ilustración, en las impares, el texto. Dale, andá para tu casa, inventá un buen personaje y cuanto antes lo tengas traelo que el tuyo va a ser el primero de la colección". Y así fue. ALTERMEGA, EL JUSTICIERO narra las aventuras de Daniel Durán, un estudiante de sociología que vive en un barrio porteño. De vacaciones con su novia en Bariloche observa la caída de una nave del espacio exterior. Ambos corren hacia el lugar de la caída, descubren a un humanoide extraterrestre moribundo y el E.T. le transmite a Daniel un virus que destruye su sangre. Vuelven a Buenos Aires, Daniel se descompone y es llevado a un hospital, donde queda internado para observación. Los médicos están desorientados y el joven se está muriendo. Entonces es "abducido" por una misteriosa organización conocida como Nébula. Allí, someten a Daniel a un experimento llamado Proyecto Altermega y así adquiere poderes sobrehumanos que irá ejercitando en distintas misiones heroicas . La colección Chiquilibros duró poco y de Altermega, el justiciero, sólo salió esta primer aventura con textos y dibujos míos y un segundo tomo con textos míos y dibujos de Gabriel Cagliolo. Algunos de estos libritos creo que andan circulando por Mercado Libre. Había personajes como Ray Láser, Gunnar el vikingo, Capitán Lautaro, Superninja y algunos más. Aquí abajo va una muestra del interior de los libritos.